En casa de Boris

Terminé unas conferencias y al final tenia se hacer una entrevista para el programa. Le dije a José Enrique que viniera para que me acompañara y no estuviera solo, ya que casi no conocía a la gente y la verdad estaban en un rollo así intelectualoide que me dio mucha hueva(flojera). Así después de terminar mis cosas podríamos juntarnos para ir a casa de Boris.

J.E. no llegó a las conferencias, pero sí 15 minutos cuando empecé la entrevista que duró una hora, así que en compensación lo invité a comer a Bennigans, y de ahí le llamamos a Pablete (Pablo), y nos acompañaron sus respectivas parejas. En fin el camino era largo, porque el Bus tiene que llegar al punto de retorno para pasar frente a la casa de Boris.

En el camino se hicimos muchísimas bromas, bueno, hicieron muchas bromas porque yo me senté solo, ya que ellos se sentaron juntos debido a la forma del Bus. Eso me dio chance de cerrar los ojos, dormitar un rato y ver como la lluvia del dia anterior tiró arboles y espectaculares, estuvo muy fuerte, incluso rompió los vidrios de un aparador de una tienda de electrónicos. Entres su bromas y platicas intervine un momento nada más para decirles que me iba a enojar mucho si volvía a decir otra indiscreción en la que se vieran sus intenciones de juntarnos a Boris y a mi.

Nos bajamos casi una cuadra antes de su casa y tocamos la puerta equivocada. Le hablé a su mamá y ya salio a la calle para mostrarnos cual era la casa, llegamos y nos atendió muy bien :D
Su mamá, Tía Cari, nos ofreció ya sea: mate, limonada, o coca. Ninguno de los hipócritas quiso coca. Llegamos a la habitación donde estaba Boris y nos sorprendió lo hinchado que estaba. Bueno, no había sido una operación de nariz por gusto, realmente la necesitaba porque no podía respirar, en fin. El caso es que estuvimos tiempo con el y luego entró su mamá con mate y las 4 limonadas. Nunca había tenido un interrogatorio tan, como decir, tan lindo por parte de la mamá de uno de mis amigos. Es decir, nos pregunto a todos con una gracia hasta el más mínimo detalle de su vida, edad, profesión, que sí eramos de teatro, en fin muchas cosas, pero fue muy agradable y era fácil platicar con ella.
El caso es que el momento embarazoso llegó, pero afortundamente no fue para mi, sino para mis amigos jajaja, la Tía le preguntó a Pablo y a Jose Enrique por sus acompañantes jaaaaaa. Ni modo de decirle a la Tía, a la cual le caímos muy bien, que esos acompañantes no eran de teatro y habían ido por agregación y no porque fueran de teatro. Ahí los atrapó la tía y para salvarlos le comenté que sí bien no eran actores nos ayudaban como staff o como paleros, en sí como agregados culturales.
Salió un rato la Tía y Pablo tuvo tiempo de preguntarle a Boris si su mamá sabía que era gay, respondió que se lo dijo en una carta antes de que entrará a cirugia. Su mamá respondió muy bien, el hecho que nos aceptará en la casa es una señal intangible pero presente. He de suponer que su mamá no se llevó un gran susto o disgusto, y creo que el interrogatorio que nos hizo es parte de sus prácticas habituales de ser mamá, porque no encontré en ella ningún grado de doble intención, sino una curiocidad natural de mamá. Cuando volvió a entrar la Tía nos presumió las virtudes de su hijo, la verdad el niño tiene de que presumir, excelente merito académico y otras cosas, entre esas irse a vivir sólo para estudiar la uni, luego su mamá se fue y asi pasamos la tarde.
Los chavos no hicieron ningún comentario sobre mi y Boris, y se limitaron a contar anécdotas de como nuestros papás se entenraron pero Pablo nos dijo que nos callemos y que lo dejaramos para la pillamada en casa de Pablo. Seee, pillamada gay.

Al novio de José Enrique se le hacia tarde para uno no se que cosa y nos fuimos. Esperamos volver pronto.
Así fue nuestra ida